Uno de los ingredientes más importantes para que los espacios causen emoción y asombro es la correcta selección de acabados y materiales. El balance entre estos elementos en combinación con las texturas y color que les caracterizan, dan forma a la personalidad de cada proyecto. Realizar este proceso con base en una metodología, como la de #CMF, asegura un buen resultado y que se disfruten los diseños hechos con amor.
Los interiores nos reciben, nos dan cobijo e intimidad. En el diseño de los Hoteles de Amor, concepto creado por el interiorista Aurelio Vázquez, estas cualidades se multiplican y se transforman en la atmósfera perfecta para explorar emociones, diversión y pasión.
Tenemos el gusto de conocer a Aurelio casi desde que ideó su concepto y hemos visto con agrado como se ha ido desarrollando y hasta copiando en México y otros lugares del mundo. Crear estos espacios para hacer el amor, cosa que para algunos resulta incómodo, ha sido una fuente de inspiración y desarrollo para todo el equipo de DIN interiorismo, firma que dirige desde hace 32 años. Recordamos las primeras pláticas que le vimos impartir y en ellas mostraba los antes y después causando mucha risa entre los espectadores, pero lo más importante es que les enseñaba el valor del diseño.
Comenzó como si fuera una apuesta con un amigo cercano, quien en pocas palabras le dijo: “a ver qué puedes hacer con esto, este es mi presupuesto y no pienso poner más”. Esos recursos fueron transformados por Aurelio y su equipo en un nuevo espacio que dejó boquiabiertos a sus competidores, que tenía a ambos lados sobre la misma calle, al ver las filas de autos esperando por un lugar en el “Hotel de Amor”.
Cada temática es distinta, ya que no se trata de hacer una cadena de hoteles, sino una serie de experiencias que inviten a explorarlas todas. A diferencia de los hoteles vacacionales que te quieren hacer sentir como en casa, los hoteles de amor buscan todo lo contrario ofreciendo configuraciones que se salen de lo que tradicionalmente concebimos como una recámara, con regaderas al centro del cuarto, fajódromos de diferentes formas y proporciones, mobiliario que se mueve al gusto de cada ocasión. Todo lo anterior sumado a una correcta selección de acabados, texturas y colores para asegurar que mantiene su prístina apariencia por un buen tiempo.
Espacios que causan emoción, asombro y hasta polémica, pero que para muchos se han transformado en el lugar ideal para disfrutar en donde el diseño es el ingrediente más importante.