La luz es un elemento fundamental en el diseño de interiores, capaz de transformar cualquier espacio al entrar en contacto con las superficies. Por ello, la elección de la luminaria es clave para lograr la percepción deseada según el tipo de acabado y para lograrlo esencial entender los diferentes tipos de luminarias que existen.
La luz es un elemento fundamental en el diseño de interiores, capaz de transformar cualquier espacio al entrar en contacto con las superficies. Por ello, la elección de la luminaria es clave para lograr la percepción deseada según el tipo de acabado y para lograrlo esencial entender los diferentes tipos de luminarias que existen y, sobre todo, contar con la asesoría de un diseñador de iluminación profesional. Estos expertos no solo conocen a fondo las propiedades de la luz, también cómo interactua con cada tipo de acabado arquitectónico, los cuales podemos dividir de la siguiente forma:
Acabados mate
Los acabados mate no reflejan la luz, sino que la absorben de manera uniforme. Esto los hace ideales para espacios donde se busca un ambiente relajado y sin reflejos. Una iluminación difusa y general que bañe la superficie de manera uniforme, como tiras LED en cajillos pueden ser una buena opción. Eso ayuda a enfatizar la estética suave y sin reflejos del acabado.
Acabados brillantes y satinados
Los acabados brillantes y satinados, como los lacados o cerámicos, reflejan la luz de forma especular. Esto aporta luminosidad a los espacios, pero puede generar deslumbramientos o resaltar cualquier imperfección en la superficie. Para estos acabados se pueden utilizar luminarias que ofrezcan una luz más directa para crear un efecto de brillo y amplitud, pero se debe tener cuidado con el ángulo de proyección para evitar los molestos reflejos. Se puede combinar la luz directa, como de luminarias colgantes, con la luz indirecta para suavizar el efecto y lograr un equilibrio.
Acabados con textura
Los acabados con textura o relieve, como la piedra, pueden generar interesantes patrones de luces y sombras. La forma en que se ilumina este tipo de superficies determina si se resaltará su relieve o no. Para acentuar las texturas, se puede utilizar una iluminación colocada en un ángulo agudo o muy cerca de la superficie, para que las sombras resalten el relieve. Por el contrario, si se quiere disimular la textura, se debe utilizar una iluminación que bañe el acabado desde un ángulo más abierto.
Es importante destacar que, además de la luminaria, la temperatura de color de la luz (cálida, neutra o fría) también influye en cómo se percibe el espacio y los acabados. Por eso, la iluminación va más allá de elegir una luminaria. El verdadero éxito de un proyecto lumínico, no solo es funcional, sino también estético y en armonía con la atmósfera deseada.
